LEOLA. LA CRIPTA DEL LIBRO (Palabra, imaginación o quimera)

Si seguimos la vereda de las losas amarillas, al igual que Doroty, el hombre de hojalata, el espantapájaros, el león,… llegamos a un mundo de fantasía; también podremos hacerlo con la alfombra voladora de Aladino o en la escoba que surca el blanco y losado cielo del hall del colegio.
De dicha escoba pende un letrero que nos indica la presencia de la cripta del libro, en la que podremos descubrir el descanso del guerrero,… o un objeto depositado y a salvo de los mundanos ojos de la realidad; ¿ tal vez el santo grial?, el cáliz sagrado de la última cena, buscado y anhelado por los caballeros de la tabla redonda del Rey Arturo, un cáliz que contiene la sangre de Cristo, un simple sorbo y  aquél que beba de él se hará inmortal (Otra leyenda nos habla de la búsqueda del polvo del cuerno de un unicornio como vigorizante y fortalecedor de la cansada y anodina vida, en los últimos años del reinado, años de miseria frente al antecesor resplandor, del Rey Arturo). O tal vez maravillosos tesoros escondidos como el de los Nibelungos, o los soldados de terracota de China, o las riquezas de los Faraones, o…
Una cripta presidida por el color negro, con un fulgurante sol, ¿Llave o clave de entrada?
Un Arco Iris que contrasta con sus colores con la oscuridad del misterio.
Un pingüino parapetado en dicho Arco Iris, un muñeco de peluche que nos observa desde su altura, buscando con sus ojos nuestra presencia, entre el calor y el frío, el frío conservador de la cripta y el calor de las historias, fábulas, mitos, leyendas, aventuras,…
Un marco amarillo. ¿Una simulación del pan de oro utilizado en los retablos de nuestras antiguas iglesias?
¿Tal vez el amarillo sea la representación del Dorado, de las aguas de un río de destellos de oro, el Amazonas; aguas en la que se bañaban los salvajes a colonizar  y cuyos torsos resplandecían del polvo amarillo, del oro codiciado por hombres como el aventurero Lope de Aguirre?
Un color amarillo que da paso a un dintel rojo. ¿Qué cripta fantástica, cine, teatro, sala de magia no se precia de cortinones rojos?
Unas puertas blancas guarreadas de azul, en su parte superior, y de verde, en su parte inferior, cielo y vegetación, que recrean la esencia misma de la creación. Baúl de fantasías; emociones, personajes, lugares, sensaciones, pensamientos,… con las letras
L E O L A;  flores que inundan de fragancia y color; y varias estrellas que iluminan la existencia de pequeños gnomos, duendes, tragos,…, presentes desde el sueño de una noche de verano de Shakespeare hasta Campanilla, la del cuento de Peter Pan.

Se abren las puertas. Un espacio de armarios en los que descansan libros y más libros,… cuadros que recrean personajes de historias de embeleso,… el rincón del Cuentero, un bandó y un fondo negro, con minúsculas estrellas, para un contraste de los colores de la mágica vestimenta del juglar del cuento;… la raspa de una sardina de Cuaresma o ¿de la ballena que se tragó a Jonás? Y estrellas resplandecientes en el techo. ¡Qué mejor placer que tumbarse en la hierba a contemplar las estrellas que fugaces advertimos en nuestra vida de sueños y fantasías! Sueños, canicas transparentes en un mundo de sortilegios y maravillas que con nervadura y excitación nos espera en LEOLA la biblioteca del Centro.

Alberto Blanco